La pandemia de Covid-19 que ha afectado a todo el mundo ya ha conducido a numerosos negocios y empresas al borde de la quiebra; sin embargo, algunas empresas han logrado no sólo sobrevivir, sino que prosperar en estas nuevas circunstancias. Uno de esos casos es la ahora conocida aplicación de videollamadas Zoom, la cual ha sumado más nuevos usuarios en lo que va de 2020 que en todo 2019. Entre las razones de su éxito se cuentan la facilidad para su instalación y uso, y el hecho de que permite que se conecten hasta 100 personas para una reunión de forma gratuita.
Es en este contexto que empezaron a surgir dudas sobre la seguridad que la aplicación entrega a sus usuarios, principalmente respecto a la protección de sus datos y a la seguridad de las mismas reuniones realizadas por esta vía, entre numerosos otros problemas. De hecho, es la misma facilidad de uso que potenció su éxito la que da pie a sus fallas de seguridad, ya que permite que usuarios malintencionados se metan a reuniones a las que no han sido invitados, o que hackers introduzcan malware a un equipo que esté corriendo la aplicación. Respecto de las preocupaciones por la privacidad de los usuarios, las críticas han estado dirigidas a la política de privacidad de Zoom, la que hasta hace poco daba permiso a la empresa para hacer prácticamente lo que quisiese con la información de los usuarios.
La más grave de estas críticas fue aquella en que se les acusó de engañar a los usuarios respecto a la existencia de cifrado de extremo a extremo, levantada por el sitio web The Intercept el 31 de marzo. Zoom asegura que solamente los usuarios que participan en una reunión puedan conocer su contenido, quedando éste fuera del alcance de terceros, de autoridades gubernamentales o incluso del mismo proveedor del servicio mediante el cual se lleva a cabo la comunicación. Pese a que la compañía aseguraba contar con esta garantía, en realidad lo que proveía era un sistema de privacidad conocido como cifrado de transporte, con el cual la información queda resguardada de terceros, pero no de la compañía misma.
La compañía desde entonces se disculpó por estos problemas y su fundador, Eric Yuan, anunció en un blog el 1 de abril que se están tomando medidas para corregir los defectos de seguridad. Entre éstas se cuentan cambios en su política de privacidad y la promesa de publicar un informe de transparencia que contenga las solicitudes de información que puedan realizar las autoridades de distintos países respecto de la información comunicada por Zoom.
Pese a estas medidas anunciadas, para muchos la aplicación aún se queda corta en cuanto a seguridad y privacidad. Es por esto que muchas instituciones están abandonando y aconsejando contra su uso, entre ellas, la Subsecretaría de Defensa de nuestro país, la cual emitió una alerta hacia los ministerios del Gobierno advirtiendo sobre las vulnerabilidades de su uso.
En el documento se llama a «no utilizar Zoom para materias del servicio ya sea de clasificación pública, reservada o secreta, puesto que la información puede ser vulnerada» y se entregan recomendaciones de configuración para un uso más seguro de ésta en el caso de no contar con otra alternativa, las cuales coinciden con recomendaciones de expertos. Además, se sugiere el uso de Meet de Google y Skype de Microsoft como alternativas más seguras.
¿Entonces qué pasa con Zoom?
Sin embargo, las conclusiones no son absolutamente negativas para Zoom. Habiendo enfrentado tal nivel de escrutinio internacional respecto a sus políticas de privacidad y seguridad, es probable que Zoom termine siendo la aplicación más segura del mercado, o por lo menos así lo asegura la periodista de tecnología Kim Zetter.
Mientras ese trabajo progresa, queda la pregunta de si el uso de Zoom es absolutamente desaconsejable para todo el mundo. La respuesta a esa pregunta es no; mientras no se esté compartiendo contenido cuya confidencialidad sea particularmente importante, Zoom continúa siendo una plataforma confiable en su funcionamiento, amigable para los usuarios y útil en cuanto a las posibilidades de comunicación que permite, siempre y cuando los usuarios se preocupen de ajustar la configuración de privacidad de la aplicación para restringir el acceso de terceros y exijan el ingreso con contraseña a las reuniones virtuales.
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